¿Encontrar una «tercera posición» supone una claudicación, reconocer a la oposición golpista o la injerencia extranjera?
1- «La unidad es superior al conflicto» es un planteo de Francisco que fácilmente puede sonar conservador. Sobre todo para los que creen (creemos) que el conflicto es constitutivo de la construcción y, más todavía, de la realidad política misma.
2- El Papa insiste públicamente en muchas de sus intervenciones sobre esto. Es, quizás, una de sus obsesiones; (no está de más saber que, teológica e históricamente hablando, el problema del “Papado» es en definitiva el problema de la unidad, y viceversa. Así que algo de esto se sabe desde Roma.
3- Es bueno saber que en su versión oficial escrita en la Exhortación Pastoral Evangelli Gaudium, -programa político pastoral de Francisco- en los apartados 226 a 230, lo primero que se dice bajo este título es «el conflicto no se puede ignorar». (http://bit.ly/unidadyconflicto)
4- En Venezuela, en este momento, sin ser simétricas las posiciones y actores, se corre el peligro -ya plasmado en gran medida- de dos sectores de la sociedad que se desconocen totalmente el uno al otro. Sin equiparar en absoluto los dos sectores en pugna, esta referencia sobre unidad y conflicto puede ser una señal orientadora respecto a varias cosas.
5- En primer lugar, respecto a qué posiciones y cuáles rasgos de cada uno de los actores pueden ser válidos a la hora de construir instancias superadoras. O, desde el vamos, para constituirse en actores legítimos del posible diálogo. Trátese del gobierno o de la oposición, el criterio aquí es: lo que propone o está dispuesto a acatar este actor -actor del y en conflicto- ¿supone o no la posibilidad de una unidad mayor? La unidad como superior al conflicto supone un piso de reconocimiento del otro que no se puede eliminar ni negociar, lo cual no significa resignar el hecho, ineliminable en política realmente existente, de que al otro se lo quiere -y en algún punto se lo debe- «vencer».
6- ¿Será qué algo de lo que dice Francisco , mirando hacia nuestras posiciones que creen en el conflicto y el antagonismo, desde los movimientos nacional populares, marca un encuadre, un límite, un horizonte necesario a las propuestas, intervenciones y creación de conflictos que nos proponemos?
7- Para los que toman la idea de unidad como fin ultimo, metafísico, absoluto, quizás vale señalar que cuando el Papa dice «la unidad es superior al conflicto», el conflicto no es negado, sino que por el contrario está puesto en relación a la unidad. Dicho al revés, la frase del Papa podría ser: «la unidad que vale es la que es superior-superadora del conflicto, las otras o no valen o no son unidad».
8- En todo caso, que haya algo «superior» al conflicto, vale para distintos planos: las vidas humanas, el sufrimiento del pueblo e incluso la posibilidad de poder seguir planteando los conflictos mismos y luchas –también los esperables y necesarios fieros enfrentamientos- para seguir viviendo y creando la vida común.
9- Quizás no esté de más explorar lo que estos criterios nos proponen. ¿Toda tercera posición (“Pero hay una tercera manera», dice el n. 227 de EG) en el abordaje de la situación en Venezuela supone una claudicación, reconocer a la oposición golpista o la injerencia extranjera?
10- Puede ser riesgoso, conceder demasiado, pensar así. Hay riesgos. Pero lo cierto es que las opciones que hoy circulan tienen como perspectiva, no es difícil verlo, una derrota, un proceso sangriento y de sufrimiento mayor para el pueblo, y además un horizonte más cerrado todavía para el proceso popular en Venezuela. Y para todo el continente también.
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