Vamos a decirlo así. Se cumplieron los primeros 12 años del primero de los papas argentinos. Porque, aunque esperamos que Francisco tire hasta el 2050, después de este papa nada va a ser igual. Todos los que vengan van a ser un poco argentinos quieran o no. Francisco está dejando huellas y su mensaje se filtra mucho más profundo de lo que creíamos.
El impacto de su internación parece haber despabilado a muchos: algunos de pronto dimensionan la magnitud de su figura, otros por fin se animan a expresarlo más allá de sus “pruritos” laicisitas y muchos conectan por primera vez con la dimensión espiritual en medio de tanta desolación. No faltan también los que no pueden evitar subirse a la ola por simple moda. Porque como nunca, Francisco está en las redes, los portales y en la gran conversación social argentina.
Se da en un momento crítico, de su salud y de la de nuestra nación. Nunca es tarde todavía. Lo vemos como un momento oportuno y fecundo para seguir metiéndole a lo que quisimos hacer desde el principio: hacer de Francisco un factor y factorearlo. El tema es ¿factor de qué es Francisco en este momento? Enfermo, frágil, y al mismo tiempo saliendo y siguiendo.
12 años después, acá estamos. Haciendo inevitables balances, dimensionando el tamaño y sentido de su legado y, sobre todo, asumiendo las tareas que nos tocan a nosotros hacia adelante. Eso es lo que tratamos de pensar y seguir conversando juntos.
SER CONTEMPORÁNEOS DE FRANCISCO
Las reflexiones de Francisco son muchas, son poderosas, son más que reflexiones. Las de él en gran medida están entregadas, ya están hechas. Nos toca a nosotros. Y eso lo pensamos desde el principio, no ahora, pero la internación evidenció que hay que estar en el tiempo y que hay que estar a tiempo.
Tenemos el privilegio y también el desafío de ser contemporáneos de este hombre, compatriota nuestro, papa de la Iglesia Católica, en un momento… ¿qué adjetivo le ponemos al mundo? fascinante y tremendo, para usar una frase de la teología a la hora de describir lo decisivo. O como dice la maldición china, “ojalá te toquen tiempos interesantes”. Bueno, a los tiempos interesantes les tocó un papa argentino.
A un momento límite de la Iglesia, porque lo fue y lo sigue siendo en no poca medida, le tocó un papa argentino. Como dijo él, fueron a buscar a uno al fin del mundo. Y entre todos los fines del mundo que estaban a mano, parece que el Espíritu Santo, los cardenales o quien fuera, pensó que mejor si era argentino, porque estamos en una grave.
Somos contemporáneos de ese acontecimiento y ese factor llamado Francisco. Estemos a la altura, aún estamos a tiempo.
UNIVERSAL / CONTROVERSIAL
Francisco es un universal controversial. ¿Por qué? Porque es un universal que contiene lo singular y también lo ambiguo. No cabe en la universalidad abstracta. Pero en esa controversia puede conectarse con algo trascendente. Entonces es un controversial trascendente, fórmula que también le cabe a nuestra nación y no es casual que así sea, ya que Francisco es de algún modo el momento de la trascendencia argentina en la historia y el mundo. Hemos dicho también, Francisco en tanto argentino universal. Bueno, podemos dar toda la vuelta: argentino universal, universal controversial, controversial trascendente, trascendente argentino.
¿Qué es lo trascendente de lo argentino? ¿Qué ha de trascender?
En la Basílica de San Pablo Extramuros, donde están los retratos de todos los papas desde Pedro, dando toda la vuelta por los capiteles. El último es un vecino de Flores retratado ahí como de casualidad. Bueno, ese retrato inscribe nuestra historia en la Vieja y Santa Iglesia Católica, que también es universal, controversial, -un poco argentina a su modo-, que hadado origen a Occidente y como puede lleva adelante el mensaje de Jesús hasta hoy. No sola, pero no sin ella. Y entonces hay algo ahí del pensamiento, de la idea de qué es un humano, sostenida y canalizada por las notas los debates y las apuestas de esta institución, que estuvo en juego desde el principio y está en juego ahora. Porque ese hombre venido casi del fin del mundo es quien hoy desafía y propone una ética civilizatoria para el siglo XXI. Lo que está en debate hoy es qué es un ser humano, que es la humanidad.
EL «TEG» DE FRANCISCO
Los viajes de Francisco, que son muchos, empiezan en Lampedusa, en el medio del Mediterráneo, del mar. El Papa del Mar hemos dicho también, por un montón de cosas: porque sus abuelos cruzaron el mar hacia acá para luego él cruzar el mar para ser Papa –¿queda pendiente un cruce más? Desde Lampedusa, lugar simbólico y crítico de uno de los nudos de la discusión migratoria en Europa, ha recorrido el mundo sin esquivar los nudos –controversias- de cada nación. Se puede hacer una enumeración o pensarlo más “borgeanamente” ¿Cuál es el viaje? Borges decía: “desde que nace hasta que muere, el hombre hace una sola frase y una sola figura. Es un solo viaje”. ¿Cuáles ese viaje? Ese viaje es de ida y vuelta acá, al final del mundo, a la periferia extrema –que no es solo geográfica-. Y ese gran viaje de descentramiento es el encuentro con Oriente, con la India y sobre todo con China.
Si colocás las chinches en un mapa de sus viajes podes ver cómo la rodea. Bueno, es jesuita, se dedica a rodear a China. Su TEG, también tiene fichas en los países árabes y en donde perduran las iglesias ortodoxas. ¿Por qué? No es una sed de conquista sino más bien la evidencia que una gran parte de la humanidad está ahí, estadísticamente hablando. Y esa hí también la frontera de la extensión del pensamiento y la cultura cristiana, del mensaje de Jesús. Finalmente, no hay que olvidar que lo que hace un papa es extender el mensaje de Jesús. Todo lo demás es agregado. El mensaje de Jesús no como proselitismo religioso sino como tarea humana e histórica. La misión no de custodiar un tesoro sino de derramarlo para llevar perfume -o vino- a todos los pueblos del mundo.
EL PAPA DE LAS MULTITUDES… Y EL CELULAR
La figura de las multitudes es una dimensión o escala que aparece mucho en Francisco. Quizás producto del momento del mundo, de la etapa. La multitud como caos, pero también como oportunidad, como mar al cual arrojarse, como lugar de lo vital, de lo real y de lo presente. Enviados a las multitudes, ha dicho al ordenar a nuevos sacerdotes en las misas crísmales.¿Pero enviados cómo? Francisco logra como pocos hablar urbi et orbi conectando con lo individual y personal. Dos escalas permanentes de su decir y pensar. En el cada cual, en la vinculación uno a uno, como se encarga de remarcar siempre que ese es elmodo en que Jesús lo hace en el evangelio con cada uno de sus discípulos. De ahí quizás esa práctica cotidiana de llamar él mismo por teléfono, sorprendiendo y conectando sin intermediarios. Lo mismo esos mensajes que escribe de puño y letra, los escanea y los envía. Porque no se trata sólo de hacer llegar un mensaje sino de conectar con lo íntimo y profundo de cada cual.
Y además es el papa del celular. Como Juan Pablo II fue el Papa del boom de la TV, Francisco es el de este tiempo de hiperconectividad, redes sociales y virtualidad. Siempre nos conmueve esa imagen de Francisco llamando todos los días por celular a la comunidad católica en Gaza. Hablando casi como un abuelo –porque tampoco es que es muy ducho-,sabiendo que ese llamado es el modo de acompañar a quienes están en el infierno de la guerra.
En medio de este mundo de Trump y Elon Musk, de una civilización pasada de rosca, como el mismo ha dicho, ahí está Jorge de Flores de 88 años siendo la voz de la doctrina del amor y la ética de la misericordia que con palabras y gestos enfrenta la cultura de la muerte del aceleracionismo y la crueldad.
DE CHIQUITO FUI AVIADOR PERO AHORA SOY UN ENFERMERO
Se conecta con lo anterior. Quizás también con los nuevos soportes tecnológicos de comunicación y plataformas de socialización. Siempre decimos que la frase que estaría pendiente de ser incluída en una encíclica de Francisco es la de Charlie García en Raros peinados nuevos: “De chiquito fui aviador pero ahora soy un enfermero”. El enfermero como aquel que, para curar, salvar, tiene que tocar. Imagínense un hospital sin enfermeros. Es más fácil imaginarse un hospital sin doctores. Porque para Francisco la respuesta no es tanto del saber sino del sentir y el hacer. No es casual que el haya dicho que el sentido de la vista y del oído están sobrevalorados, y que hay que desarrollar mucho más el tacto y al olfato.
Parece la referencia de Sarmiento en el Facundo describiendo la lógica del baqueano. Un saber que solo se obtiene estando cerca, a través del contacto.
Y esto, puesto en Francisco en tanto Papa, él lo proyecta al mundo entero. Lo dice permanentemente y con fuerza en la Fratelli Tutti: el herido, el caído, aquel al que como samaritanos debemos levantar, son el pueblo y los pueblos del mundo.
FRANCISCO NOS TOCA: TURNO Y CONTACTO
Lo que Francisco es y representa, quizás ya esté garantizado. El tema en realidad está mas de nuestro lado. Francisco nos toca, en los varios sentidos de la palabra. Francisco nos toca; Francisco, nos toca; Francisco: nos toca. En el sentido de cómo entrar en contacto, en recepción de su mensaje, cómo dejarse tocar en el sentido de conmoverse también, pensar y conmoverse, y ponerse en movimiento. Nos toca también en el sentido del turno de la respuesta.
Puestos frente al límite, porque Francisco esta saliendo del hospital, pero aun así está claro que estamos entrando a la consumación de su papado, aparece la pregunta del legado. Hay como una cosa de pase de posta, no por el Cónclave –al modo de la película-, sino más en clave de tarea hacia adelante.
Esto para la humanidad y la Iglesia en general, pero más aún si cuando decimos nosotros lo pensamos en tanto argentinos. El mundo verá qué hace, pero hay algo, y por lo menos a nosotros creo que nos toca, tenemos la oportunidad y el desafío de responder.
LAS PUERTAS ABIERTAS, LOS UMBRALES QUE DESAFÍAN, EL DESEO QUE FALTA
Hay dos dimensiones que me parece que Francisco tiene, y que comparte con otras figuras argentinas -la gente puede adivinar, ni siquiera hace falta explicitarlo-. Una es la anticipación. ¿Cuántos años se está anticipando? No sabemos, pero que hay cosas de su contemporaneidad que en realidad anticipa lo que viene. Y lo hace trayendo cosas de atrás, de la tradición, de la memoria larga. Y lo otro es una apertura: anticipación y apertura. O sea, abrió nuevos caminos, corrió los límites. Quizás se han corrido más aún de lo que creemos y todavía ni siquiera lo llegamos a ver. Pero hay una invitación. Está dicho desde el primer momento del papado en una frase en su primer ángelus. “Dios no se cansa de perdonar”, dijo Francisco poniendo la frase en boca de una viejita argentina. Porque si Dios no se casa de perdonar, es que podemos avanzar sin miedo, sabiendo que si nos equivocamos podemos volver a empezar. Hay aire, apertura, oportunidad y, sobre todo, amor.
Uno de los tantos libros publicados sobre Francisco lleva por título “El gran reformador. Francisco, retrato de un Papa radical”. Sabemos de primera mano que él mismo refuta ese título, y seguramente diría lo mismo de aquellos que hablan de la “revolución de Francisco”. Creemos que la pregunta no es tanto si ha sido o no una revolución, sino qué vamos a hacer con las puertas que el abrió durante estos doce años, y no solo ni tanto esa, sino más bien ¿Con qué fuerza vamos a cruzar esas puertas? Porque esas puertas abiertas por Francisco no son para que las cruce un papa. Él lo sabe mejor que nadie, que no se trata de que él cruce la puerta. De nada serviría que él se corte solo con todo lo que piensa y diga “ah, hice una revolución en la iglesia y en el mundo”. De lo que se trata es dejar las coordenadas como las condiciones para que las multitudes, el pueblo, el pueblo de Dios, los pueblos, la humanidad, se animen, nos animemos. Primero a ver el umbral y la puerta abierta. Y después animarse a cruzarlo. Eso está disponible, estamos a tiempo. Y también está pendiente.
(SER LA) FUERZA (DE) FRANCISCO
Cuando hace un año lanzamos la consigna #FuerzaFrancisco no estábamos pensando tanto en su salud ni sus años, sino en como podíamos pasar del análisis del factoreo de su papado a una puesta en forma de la fuerza para llevar a cabo lo aprendido y deducido deesa operacionalización de su mensaje.
#FF entonces no solamente como factoreo sino como fuerza. ¿Qué fuerza podemos construir, constituir, convocar para todo estoque decimos y que estuvimos recorriendo durante esta gran conversación? ¿Cómo la transformamos en realidad efectiva? Podríamos decirlo así: aprovechemos la…¡Fuerza Francisco! Aprovechemos su fortaleza, aprendamos de él, construyamos desde ahí para ser entonces nosotros la fuerza de Francisco.
No tenemos dudas: es la mejor manera derezar por él.